Reflexión de uno de los jóvenes:

Tirarse al suelo, ponerse boca abajo, respirar el frío, apretar los ojos, cruzar las manos y ponerlas en la cabeza, mantenerse inmóvil, respirar profundo, lento y pausado, escuchar lo de fuera.

Pensar en la vida por medio de otras vidas

pensarse los años por los años en los que mataron al nieto de la señora

pensarse la noche por la explosión de los transformadores que lo dejó todo a oscuras, mientras afuera todo estaba prendido

pensar en la pierna, por la bala perdida que la atravesó

pensar que la muerte tiene un nombre y un camino que se ve desde la ventana del colegio saber que si es mirada por cualquiera es una montaña verde que rodea como muchas a la Medellín sitiada

saber que los de acá le reconocemos cementerio

Saber que las madres y los hijos le tienen nombre propio y la  llaman como llamaban a los suyos

descubrir que en la Alpujarra le dicen título minero, obra de interés social, número oficial de desaparecidos, le dicen como bien les convenga, para no admitir ni la mentira, ni la impunidad.

¿Saben qué es pecho a tierra?, preguntó la profe, y casi por instinto todos lo sabíamos,, pecho a tierra es poner el corazón más cerca de aquellos a los que un día se llevaron y nunca regresaron.